El primer distrito en fijar posición

El Ministerio de Educación de Buenos Aires comunicó, -en la tarde del 9 de junio-, a todas las escuelas porteñas, tanto de gestión privada como estatal, que regulará el uso de lenguaje inclusivo, es decir, aquel que se vale de la utilización de la “e”, la “x”, la “@” o de otras para neutralizar el género en las palabras-, por parte de los docentes en los niveles inicial, primario y secundario.

En una resolución, exigió a los docentes de las escuelas estatales y privadas de los niveles inicial, primario y secundario, a desarrollar las actividades de enseñanza, usar expresiones en clases y realizar las comunicaciones institucionales en conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales.

La lengua española brinda muchas opciones para ser inclusivo sin necesidad de tergiversar la lengua, ni de agregar complejidad a la comprensión y fluidez lectora”, afirmaron en la resolución. El gobierno, además, envió a los establecimientos una guía de prácticas y recomendaciones para una comunicación inclusiva.

Pese a que la resolución comienza a regir el 10 de junio, las escuelas tendrán un tiempo para adecuar la cartelería y el modo en que hablan los docentes.

Soledad Acuña, Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires explicó en declaraciones de prensa que dicha resolución tiene como fin facilitar el proceso de aprendizaje de los estudiantes dados resultados desfavorables de las evaluaciones educativas Tesba y Fepba ya presentados.

Esta regulación se sumará al plan desplegado por el Ministerio para recuperar los aprendizajes perdidos por la pandemia, que incluye una serie de medidas extraordinarias, entre las que se encuentran la extensión de los días y horas de clase.

Soledad Acuña, Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires

“La pandemia dejó heridas en la educación. Sabíamos que esto podía ocurrir y por eso en su momento peleamos por la presencialidad. Hoy nos toca responder y actuar frente a una crisis. La situación es grave y es momento de tomar decisiones difíciles. En las pruebas estandarizadas vimos un claro deterioro en Lengua. La evidencia científica existente demuestra que la falta de reglas claras, las distorsiones del lenguaje y el uso de la “e” dificultan el aprendizaje. Por eso, decidimos regular su uso y ordenar la enseñanza de la lengua española, dentro de las aulas y para los docentes”.

Soledad Acuña

Fundamentos

El comunicado fundamenta la medida en primer lugar a partir de la postura de la Academia Argentina de que recomienda que ‘se preserve la enseñanza-aprendizaje de la lengua en todos los niveles educativos y laborales si deseamos que nuestros alumnos escriban con cierta fluidez y corrección y, sobre todo, comprendan lo que lean y escriban”. En segundo lugar se sumó lo que la Real Academia Española ha sostenido que “el uso de la @ o de las letras ‘e’ y ‘x’ como supuestas marcas de género inclusivo es ajeno a la morfología del español”.

La ejecución de la medida

Estará a cargo de la Subsecretaría de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa, qué tendrá la competencia de dictar las normas complementarias y ampliatorias y realizar todas las acciones que resulten necesarias. Aún no hay precisiones respecto de qué pasaría con quienes no estén dispuestos a aceptar la regulación.

Experiencia internacional

En la resolución se destaca además, como antecedentes la experiencia en la regulación del lenguaje de Francia, donde el Ministerio de Educación “desaconsejó el uso de la llamada escritura ´inclusiva’, ya que modifica el respeto de las reglas habituales y constituye un obstáculo para la lectura y comprensión de la palabra escrita”. Y en segundo lugar, tomaron en cuenta la experiencia de Uruguay donde se estableció que el lenguaje inclusivo debe ajustarse a las reglas del idioma español. Y que se utilizará cuando esas expresiones cumplan con esas normas.

Además, se implantó en el marco del compromiso asumido con la equidad de género y el abordaje e implementación de prácticas que contribuyan a disminuir las brechas existentes en la sociedad, propiciando otros mecanismos inclusivos tendientes a evitar cualquier sesgo discriminatorio en la comunicación utilizando siempre un lenguaje que se ajuste a las reglas del idioma español.

Fuente: en base a La Nación.