Miriam Insaurralde tiene su local de ropa en Recoleta, junto a un conocido diseñador de moda y planea abrir otro local para adolescentes.

Por: Carolina De Luca.

Emprender no suele ser una tarea fácil, si tenemos en cuenta también que estos últimos dos años vivimos en un contexto de pandemia, donde la mayoría de los sectores se vio afectado por esta situación. El mundo de la moda y la indumentaria no quedó exento de esto.

Miriam Insaurralde es empresaria y emprendedora. Tiene un local de ropa en Recoleta, junto al diseñador de moda Daniel Casalnovo, además de una estética en Rosario y planea abrir un nuevo local de ropa para adolescentes.

¿Cuál fue tu mayor desafío como mujer independiente y emprendedora?

—Mi mayor desafío al comenzar en este mundo de la moda e indumentaria fue sentir toda la responsabilidad que se me presentaba día a día, sobre todo cómo madre, tratando de no descuidar mi familia, porque mis hijas eran muy chiquitas y dependían mucho de mi. Pero obviamente no fue imposible, todo es un aprendizaje continuo, amo los desafíos, crecer y aprender cosas nuevas. De eso se trata la vida.

¿Cómo fue conocer a Daniel Casalnovo y trabajar con él?

—A Daniel Casalnovo lo conocí el día mi cumpleaños, me lo presentó mi querido amigo Giuliano Fessia y allí comenzó todo. Sinceramente fue como encontrarme con un amigo de toda la vida, algo mágico que no siempre me pasa con las personas, ya que soy muy selectiva con mis amistades como buena virginiana. Nos hicimos muy amigos, paso a ser parte de mi familia junto a su adorable mamá Lucila, a quien llegamos a quererla muchísimo y a quien hoy extrañamos con el alma. Hoy somos socios de un local en Recoleta y trabajar con él es realmente una experiencia maravillosa, porque al lado de Daniel aprendo mucho, es único en su profesión. Talentoso y muy profesional. Lo admiro muchísimo.

¿Qué es lo que te atrajo del mundo de la moda?

—El mundo de la moda me atrapa, porque siento que es un universo único y apasionante. Siempre me gustó vestirme bien y estar presentable, porque la manera de vestir transmite información sobre la persona, comunica determinados aspectos de su personalidad, es una manera de expresión y de darse a conocer. Se puede decir que es una comunicación no verbal.

¿Cómo repercutió la pandemia en el rubro de la indumentaria?

—La pandemia en el rubro de la indumentaria, y como en muchos otros rubros, fue detonante. En mi caso personal fue muy difícil, ya que la actividad fue nula. Gracias a Dios hoy estamos volviendo poco a poco a la realidad y tratando de sobrellevar la situación con una visión positiva hacia el futuro. Espero que continúe bien para todos, porque este país necesita que volvamos a apostar y creer que hay una Argentina mejor.

¿Cuáles son tus proyectos a futuro?

—El objetivo de tener un proyecto a futuro principalmente es lograr todo lo que me haga feliz. Por ejemplo, estoy pensando en abrir un nuevo local de ropa para adolescentes en Rosario y continuar con mi Centro de Estética “Advance” e ir perfeccionándome también en ese rubro, que actualmente es otra de las actividades que realizo.